Hoy me ha dado por releer algunas de mi viejas entradas, más concretamente aquellas a las que califiqué de "Divagaciones". Me resulta curioso lo que puedo llegar a escribir tan sólo con algo de tiempo libre y un poco de aburrimiento. Entre exámenes parece que es la época en la que más me apetecía escribir, aunque fuera acerca de nada en especial.
Sin embargo, ahora mi situación es totalmente diferente a la de antaño, y aunque sigo en la universidad, las cosas no son lo mismo, ni de lejos. Ya no tengo exámenes, y quizás, por eso ya no tengo tantas de escribir como antes. No lo sé.
Actualmente me encuentro en un parón de mi vida, en el que, académicamente, sólo tengo un objetivo -un objetivo bastante difuso, por cierto, pues cada día se modifica... y es gracioso cuán grande es la incertidumbre que me rodea, aún antes de engrosar las listas del paro-. Subrayo académicamente porque, entre otras cosas, el lucro que obtengo no es económico y tampoco voy a ponerme a discutir ahora mismo si el indirecto también cuenta porque, con eso, parece que ya tiene bastante la SGAE...
El caso es que a veces me planteo si de verdad el esfuerzo siempre se ve recompensado, y cada día tengo una pelea conmigo mismo para, a ver si a base de ostias, aunque sea a base de autolesiones -metafóricamente hablando, que hasta la fecha "masoca" no me considero-, me empujo a mi mismo a trabajar un poco más... quizás para nada.
Echar la vista atrás y sentirme ilusionado con un proyecto como el que tengo entre manos, aún sin que me reportara más beneficio que la satisfacción de estar haciendo algo lo suficientemente digno como para hacerme merecedor de un título universitario, ahora lo veo un privilegio; es un recuerdo que se va desvaneciendo y cuyo lugar ahora lo ocupan, tan sólo, las ganas de que todo acabe. Ya no me importa el cómo, sólo el CUÁNDO. Y cuanto antes, mejor.
