19 de diciembre de 2010

TRON

Como todos ya sabréis, recientemente se ha estrenado la película TRON: Legacy en las principales salas españolas de cine. El éxito de este filme viene avalado por el aprovechamiento de las 3D, tan de moda últimamente tras AVATAR de James Cameron, y que han generado disparidad de opiniones entre críticos y espectadores, especialmente reacios aquellos aficionados acérrimos del celuloide tradicional. A esto se le suma el buen hacer de una de las empresas más remarcadas, especialmente en el ámbito de la animación, como es Disney y que, a pesar de estar perdiendo un poco su identidad -recordemos que la película gore SAW VI está producida por esta compañía- pretende rescatar un clásico de culto como es TRON adaptándolo a las nuevas exigencias de los espectadores y a las tecnologías más punteras, a través de esta secuela. Veremos a ver, finalmente, como resulta en taquilla...

He de reconocer que aún no he tenido oportunidad de ver la nueva película, pero de haber podido hubiera esperado un tiempo más, no sólo para conocer las reacciones de la gente ante la continuación, sino en vista a un visionado de la película original. Y es que TRON (1982) -cuyo actor protagonista, Jeff Bridges, repite papel en la secuela, manteniendo la esencia de la saga- supuso una auténtica revolución en el mercado del celuloide al ser la primera película rodada con entornos totalmente virtuales, con un guión, cuanto menos, original para la época, y cuya estética generó un atractivo universo cibernético que pasaría, sin lugar a dudas, a la posteridad. Y ayer, sin ir más lejos, me dispuse a comprobarlo por mi mismo.

TÍTULO ORIGINALTron
AÑO
1982
DURACIÓN
82 min.
PAÍS
DIRECTORSteven Lisberger
GUIÓNSteven Lisberger (Historia: Steven Lisberger & Bonnie Macbird)
MÚSICAWendy Carlos
FOTOGRAFÍABruce Logan
REPARTOJeff Bridges, Bruce Boxleitner, David Warner, Cindy Morgan, Barnard Hughes, Dan Shor, Peter Jurasik, Tony Stephano, Craig Chudy, Michael Dudikoff
PRODUCTORAWalt Disney Pictures
PREMIOS1982: 2 nominaciones al Oscar: Mejor vestuario, sonido
GÉNEROCiencia ficción. Fantástico. Acción | Película de culto
SINOPSISUn hacker es dividido en moléculas y transportado a las entrañas de un ordenador en el que un malvado programa controla los comportamientos a su antojo. (FILMAFFINITY)

Con un comienzo que podría tildarse de mezcla de ROBOCOP 2 con Cariño, he encongido a los niños, TRON es un filme de desarrollo un tanto lento, lastrado por un argumento que puede resultar hasta hiriente para el espectador falto de contexto, que no domine la terminología informática, lo cual la convierte en una película poco accesible -algo que por lo que he leído sigue ocurriendo con su segunda parte-, en contra de las políticas tradicionales de Disney y su permanente "Apta para todos los públicos". Por otro lado, resulta admirable la fusión de actores reales en aquel escenario virtual que, no es de extrañar, para la época supusiera tal revolución, y es que reconozco que me maravilló, teniendo en cuenta la calidad de otros filmes más actuales -El sonido del trueno-. Sin embargo, no pueden despreciarse el resto de las virtudes de este largometraje, especialmente teniendo en cuenta el contexto histórico en el que se ha desarrollado y, salvando ciertos detalles argumentales, merece ser apreciado como lo que es: una buena película que por méritos propios ha conseguido generar un mini universo que asciende -si es que no lo ha terminado de hacer todavía- de culto.


Nada más empezar a ver la cinta sentí cierta nostalgia hacia ese cine sesentero y ochentero de la ciencia a ficción, que sin dejar de ser tan espectacular como el actual, conseguía atraparte de alguna manera que podías, perfectamente, creerlo -véase el caso de Alien: el octavo pasajero o Enemigo mío- a pesar de tratarse de puro maquillaje, goma y caucho. Aunque este no es el caso de TRON, película que empezó, de alguna manera, a prescindir de tales artificios en favor de otros menos "naturales" como son los efectos especiales por ordenador, el render, el fotorrealismo y toda esa bacanal tecnológica que, aunque ahora ha mejorado notablemente, nos ha "premiado" con un montón de películas ofensivas en este aspecto como -vuelvo a citar- El sonido del trueno o Sky Captain. No obstante, TRON se defiende en que su aspecto artificial está plenamente justificado en su argumento.

Otro detalle aparte del cinematográfico, es el de la industria de los videojuegos, que como se viene haciendo desde que comenzó su andadura, intenta aprovecharse del tirón de las películas para hacer caja, algunas veces de manera más justificada que otras. En esta línea se encuentran algunos de los peores juegos de la historia, como es el famoso caso de la adaptación de E.T.: el extraterrestre a nuestras Atari2600, en el mismo año en el que se estrenó TRON: 1982. Salvando las distancias, aún se hacen conversiones que mejor se las hubieran ahorrado, y otras, que pese a tener defectos en todos o alguno de sus aspectos técnicos y/o jugables, contribuyen a completar la trama de las películas en las que se basan y eso les garantizan un éxito arrollador: Enter the Matrix. En otro lado de la balanza existen aquellos en torno a los cuales se ha creado un hype asombroso, como es el caso de AVATAR: el videojuego, para luego dar paso a un título correcto -muy entretenido, eso sí- que no cumple las expectativas de la crítica. Pero, realmente, ¿cuál es el objetivo de un videojuego: sorprender o entretener? Sin embargo, para contrarrestar este hecho, cabe mencionar los Aliens Vs. Predator que destilan mucha más calidad que sus homónimas versiones cinematográficas, para algunos consideradas como la lacra de las sagas originales. 

Dejando de lado el debate sobre la calidad de las conversiones del cine a la pantalla de nuestras consolas, TRON tiene sus adaptaciones al mercado de los videojuegos, algo imposible de no esperar dada la temática de su argumento. Así pues, salieron a la luz una cantidad nada desdeñable de software ambientado en este universo, alcanzando el cúlmen en 2003 cuando se dio a conocer TRON 2.0. En aquella época pude tener acceso a una copia de esta maravilla de la compañía Monolith, que ya me sorprendió gratamente con aquel Shogo: Mobile Armor División que la desaparecida distribuidora española Dinamic Multimedia comercializaba por 2995 ptas. TRON 2.0 es un shooter de acción con tintes de rol que transcurría años después de los acontecimientos narrados en la película original, y el jugador tomaba el rol de Jet Bradley, el hijo de Andy Bradley, el programador del personaje Tron, aquel en cuyas manos estaba el de destruir la dictadura del Control Central de Programas, y que ha desaparecido de forma repentina. Paralelamente, la presencia de un peligroso virus desencadena la digitalización de Jet, que buscará respuestas en el mundo cibernético.


Mi experiencia con TRON 2.0, como ya he dejado entrever, ha sido fascinante; y eso que los videojuegos tipo shooter no son lo mío, precisamente. No obstante, me sorprende que tanto la prensa como los jugadores se hayan olvidado tan rápido de él, y que piensen en Mass Effect como algo revolucionario -que lo es, nadie está negando su calidad- cuando el sistema de juego, claramente, ya estaba bien asentado con sus primeros inicios en Deux Ex o TRON 2.0. Por todo ello, animo a aquel que pueda a hacerse con una copia de este genial shooter porque merece la pena.


Finalmente, la presencia actual del videojuego TRON: Legacy, claro aprovechamiento de la licencia valiéndose del estreno de la nueva película, está aún por determinar pero parece que es de esos de los que se esperaba más... Si algún día lo compruebo, no tardaré en dar mi opinión al respecto. Mientras tanto, quizás rescaté mis partidas guardadas de ese TRON 2.0, que en su día no pude terminar, y así disfrutar un poco más de este misterioso mundo hecho de silicio.

Cuidado con las macros ocultas
FIN DE IMPRESIÓN

2 comentarios:

  1. Que manía le tienes a "El sonido del trueno", ya lo sabía pero aquí lo dejas más claro que el agua jaja.
    Bueno siempre estuve más a favor del maquillaje que de los efectos por ordenador, que hoy en día están abusando tanto de ellos, que llega a ser irreal. Aunque supongo que son estrictamente necesarios en muchas películas.

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  2. Bueno, el decir que son estrictamente necesarios es decir mucho porque el problema no es que se utilicen, sino que no se hagan con moderación. Afortunadamente, los avances tecnológicos en las técnicas infográficas y relacionadas están teniendo su repercusión dentro del mundo del cine y se está tendiendo a "naturalizar" su aplicación hasta el punto de que el espectador llegue a dudar de si está viendo a actores reales o personas generadas por ordenador -en este caso, para mi, el mejor ejemplo no es Avatar, sino la injustamente poco exitosa Final Fantasy: la fuerza Interior-. Así pues, estableciendo cierto criterio de que nos encontramos en un periodo de transición a una tecnología verdaderamente hiperrealista aplicada al celuloide, podemos pasar la poca "humanización" de los efectos especiales; no obstante, sigo siendo acérrimo defensor del maquillaje y caracterización -bien hecho, claro- y otras artimañas que me parecen aún me parecen más impactantes.

    De "El sonido del trueno" sólo diré que se ha convertido en el estandarte de película comercial, que haya podido pagar en el cine para verla, totalmente anacrónica, pretendiendo abusar de una tecnología inconclusa y de mala manera; película que, no sé si a posta, recordaba a las peores de Serie B... Eso sí, salvando eso, el guión no era malo en absoluto, y, críticas aparte, era tremendamente entretenida, amén de un cartel promocional que consiguió engañarnos a todo con su calidad. ¡Chapó! xD

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