26 de diciembre de 2008

The Legend of Dragoon

Hace tiempo que venía dándole vueltas a la idea de empezara a escribir sobre aquellos juegos que, de alguna manera u otra, me habían dejado una huella especialmente marcada en mi historial de jugón. Así que, aléjandome de mi predecible pasión por la saga Final Fantasy, estrenaré esta sección con otro RPG al más puro estilo nipón, y que, en su época, consiguió rivalizar con los grandes del género -Final Fantasy VII, VIII y IX en la época dorada de Playstation-, con una historia bien hilada y unos personajes más que atractivos.

The Legend of Dragoon -de ahora en adelante LOD- fue desarrollado y publicado por Sony Computer Entertaiment (SCEI) en 2001 en un intento por aportar su granito de arena a un género ya muy manido por innumerables compañías de videojuegos en una platataforma estrella como fue PSX, también del gigante Sony. Secuela del mediocre Legend of Legaia (PSX, 1998), hizo lo imposible por ganarse un hueco en las estanterías de los amantes del género de todo el mundo, aportando novedades a un sistema de juego muy explotado como es el tradicional de la gran saga Final Fantasy, manteniendo la estética propia de estos últimos. Pese a todo, el éxito nunca le llegó, pero se le recuerda con mucho cariño por todos aquellos que tuvieron la oportunidad de jugarlo y disfrutarlo, comprobando que fuera de las franquicias famosas, se pueden encontrar obras que, si bien son más modestas, pueden garantizarnos horas y horas de diversión a raudales, una historia épica digna de ser elogiada y recordada, y lo que es más importante para mí y el motivo de que sea un fan acérrimo de este tipo de videojuegos: unos personajes bien elaborados, con sus historias y traumas, que nos introducen no en un mundo virtual sin alma alguna, sino en un océano de emociones que nos embargan al compartir con ellos sus alegrías y tristezas, victorias y derrotas... y que de alguna manera nos hacen sentirnos partícipes de su historia, que a nosotros nos toca ir escribiendo paulatinamente, a la par que les cogemos un cariño inmenso.

La historia se centra en Dart, un joven aventurero que, tras un encuentro desafortunado con un dragón -Feyrbrand-, y salvado por una misteriosa mujer -Rose-, regresa a su pueblo natal descubriendo que ha sido asediado por el ejército, quien además, por razones que se desconocen, había raptado por la fuerza a su amiga de la infancia, Shana, poseedora de un extraño poder que se irá desvelando con el transcurso de la historia.

Es entonces cuando la aventura del jugador empieza, intentando rescatar a Shana de la prisión Helena, y continúa a través de multitud de escenarios prerrenderizados, plagados de personajes, jugables y no jugables, que enriquecen la historia hasta un punto en el que no puedes despegarte del mando, ya sea por contemplar la belleza de los paisajes como por descubrir el secreto que envuelve a Shana, y el pasado de cada uno del resto de protagonistas.

Lo más llamativo del título, a mi juicio, concierne a los combates y a los personajes, y es que, alcanzado un punto en la historia, plagada de giros argumentales y eventos inesperados hasta el final mismo de la aventura, y coicindiendo con el reencuentro de Dart y Rose, se introducen lo que son los Espíritus de Dragoon, una especia de gemas que eligen a sus poseedores, otorgándoles la capacidad de transformarse en una raza superior a la humana -los Dragoons- y de controlar a los dragones, poder que podrá utilizarse durante los combates, que si bien vuelven a utilizar el típico sistema por turnos de Final Fantasy, durante los ataques es preciso realizar una combinación sincronizada de botones que determinará el número de golpes y daño que se causará en cada turno, lo que otorga al sistema un mayor dinamismo e inmenrsión por parte del jugador, lo cual se agradece. El hecho de que además haya llegado a nuestro país traducido y doblado al castellano también le da muchos puntos.

LOD supuso un antes y un después en mi experiencia rolera en el mundo de los RPG de corte japonés, al descubrir el buen hacer de desarrolladores más modestos, que, sin ser especialmente conocidos o vanagloriados, se queman las pestañas elaborando un juego largo, rico en detalles, matices... y son suficientemente ambiciosos como para hacerlo bien, de tal manera que tengan la oportunidad de fraguarse un sitio merecido en el mundo de los RPG, junto a los grandes del género. Gracias a esta revelación, me he molestado por indagar en Internet y otras fuentes acerca de la existencia de otros videojuegos que, al no haber apostado por ellos con una buena campaña publicitaria, omisión de la prensa, o falta de confianza por parte de las empresas distribuidoras al negarse a importarlos a Europa, no han tenido la valoración que se merecen, y que el hecho de que YO sí pudiera haberlos disfrutado, me hace sentirme realmente orgulloso como aficionado al género.

Me resta añadir que en el caso de LOD, éste ha sido uno de esos juegos que no he podido disfrutar en todo su esplendor debido a mi carencia de una PSX por aquellos tiempos, viéndome obligado a usar emuladores como Bleem, Virtual Game Station o ePSXe, con sus correspondientes caídas, corrupción de los ficheros de memory cards -pérdida de partidas guardadas-, pérdidas de Vsync -sincronización de video-, así como software de conversión de partidas entre cada uno de los programas citados. ¡Más caótico, imposible! Y pese a todo, me encantó...

Finalmente, sólo cabe reiterar cuánto recomiendo este título a todos aquellos que no lo hayan probado, pues no tiene despercio alguno :)

2 comentarios:

  1. Friqui!! A ver si vuelvo a mi época jugona y a esos tiempos en lso que actualizaba mi blog como Dios manda! Bsiss

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  2. jajaja! Vas a flipar con el pedazo de Blog que me voy a calcar en mi Erasmus pero bueno, prometo ir escribiendo cosas para este y no poner siempre cancioncillas...

    P.D: Si es que R.E.M rules!!

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